miércoles, 4 de julio de 2012

¿Soy?


¿Qué soy? ¿Quién soy?

Noches, noches oscuras, en las que mi mente me juega malas pasadas, pregunta miles de cosas, le respondo con otras miles, pero no se convence, no se rinde, siempre ahí, presionando, imponiendo su autonomía, sin que ninguna respuesta le calme la sed, la curiosidad, las ganas de hacerme decir más y más. Me hace cuestionar tantas cosas ¿quién soy? Alguien, algo, de eso no hay duda, pero ¿qué soy? Tengo nombre, eso debería contar. Observo situaciones, analizo circunstancias, las repaso y todo indica que allí es cuando debería emitir opinión sobre ellas, pero no, prefiero el silencio, crear una divertida secuencia de paradigmas hacía los demás, divertidas para mí, desconocida para muchos, rara para otros, pero, mi propio código finalmente, y no lo practico en plan de misterio, sino para formar mis propias ideas. Eso te debe dar una perspectiva de lo que soy, incluso creo que dice mucho de mí.
Quizás sea un error ese enfoque en mi mundo, ese enfoque que te doy, mente, tanto, que a veces creo que me olvido de lo primordial. Aún recuerdo las veces que me pregunté si estaba haciendo las cosas bien, hoy puedo decir lo equivocada que estoy, lo equivocada que estaba. Jamás podré dejarte, estás allí, no te irás, hasta que me vaya contigo, y aun así, no podría asegurar que te marches también, mente.  A veces te maldigo, lo hago como una vikinga, te escupo, te torturo, y tú te ríes, te ríes de mí por tratar de aislarte, por no entender que aunque seamos dos, somos una, pero, en cambio, a veces te idolatro, por acompañarme, por siempre estar allí, por permanecer incluso cuando yo me quiero ir, riéndote de los que me dañan, queriendo a los que me quieren y siempre analizando, juzgando que es lo bueno y lo malo de cada cosa.
En realidad no sé si te hablo a ti, mente, o si sólo me hablo a mí, a ese yo interno, quizás sean las dos cosas, la necesidad de tener una conversación conmigo, contigo, plasmarla en letras, que no sólo se queden en ideas inconclusas, esa necesidad de encontrarme, de encontrarte, de formar un acuerdo donde ninguna nos afectemos, pero, retrocedo y sé que es imposible; cuan contradictorio suena esto, respondes.
Soy un manojo de contradicciones, soy lo que quiero ser incluso cuando no soy, o puedo ser lo que no quiero cuando sí lo soy, estás cosas sólo tú las entiendes, sólo yo las entiendo y sigo viviendo en mi circulo, en mi cuadrado, en mi triangulo, en cualquier figura que no deje entrar nada más, encerrada contigo, temiendo que todo lo que me rodea un día se derrumbe, un día deje de funcionar, deje de existir, miedo irracional a toda conexión que vaya más allá de lo cotidiano, viendo a mis amores que sólo aparecen en páginas de libros, viendo a mis viejos amigos con sólo algo en común, el pasado que compartimos, a los actuales como grandes personas a quienes adoro, pero, cada quien en su mundo, en su “onda”, y yo, habitando cuatro paredes, contigo, mente. Que vivo encerrada, dicen unos, que deje de soñar tanto y vea las realidades, dicen otros, equivocados ambos grupos, se está "encerrado" cuando lo que está fuera de ese lugar de comodidad, te resulta más cómodo que el mismo, y no es así, nada mejor que estar conmigo misma, y contigo, mente, por otra parte, la realidad siempre está allí, nada más monótono que vivir para ella; por ella, tal vez, pero, para ella; nunca.
Sé que es rara la forma en que este "yo", de pronto se convirtiera en un "nosotros", pero sin alguien más, sin anexar ninguna entidad extraña a mí, sólo tú, sólo yo, nos conocemos desde la concepción, qué bella es la pluralidad en este caso, eres mía, sí, uso ese gran adjetivo posesivo, ya que, eres lo que conozco, mente.
 Algún día sé que podré responderte apropiadamente lo que soy, hoy solamente puedo definirme como la representación de mi nombre, tu querida amiga, si buscas eso, tu confidente, si lo prefieres, soy de ti, tú de mí, me controlas, te controlo, haces posible que te hable, como ahora lo hago, te puedo leer, escuchar, todo a la vez, eso es algo bueno y mientras sigan tus cuestionamientos, de seguro seguiré vociferando groserías e insultos hacia ti, pero también seguiré apreciando que la vida me haya dado el “don” por así decirlo, de tenerte, de no tener una mente conformista, de tener sed de conocimiento, curiosidad, y omitir ese estúpido afán por agradar a las masas, finalmente entiendo que de nada vale remar contra la corriente, el soy ocupada demasiado espacio en el seré, seguiré diciendo no sé, y viviendo en la posibilidad, seguiré observando, seguiré callando, seguiré tal cual como antes de escribir esto, aún me pregunto por qué soy como eres, pero, eso también me lo seguiré cuestionado. Me encuentro contigo, en una sociedad, en un enorme síndrome en proceso de extinción, pero, si amas algo habrá consecuencias, dicen, yo amo vivir, y luchar cada día contra la igualdad de muchos y mi desigualdad, es la consecuencia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario